Agencias / 28 de diciembre 2023
La
recién incorporada Guardamar “A punto”, de fabricación totalmente española, que
se incorporó la pasada semana a la flota de embarcaciones utilizadas para
salvamento marítimo en Canarias, ha tenido graves problemas en su primera
intervención.
La
“A punto”, después de sobrevivir al bautizo y venir desde los astilleros de
Auxiliar Naval de Asturias hasta Canarias, estableció su base en el Puerto de
Los Cristianos de Tenerife. Contaba con avances que la diferenciaba del resto
de la flota, compuesta por otras doce Salvamar y cinco Guardamar. La nueva
Guardamar superaba ampliamente la autonomía de las anteriores y estaba
preparada para dar asistencia médica especializada, al contar con una
ambulancia medicalizada y dos médicos de familia a bordo. Además, aseguraban
que los rescates se podían realizar en condiciones mucho más seguras al poder
asistir a los afectados “a tres bandas”, o por cualquier lado de la
embarcación, menos la trasera. Por otro lado, por el lado de abajo, llevaba
incorporada la tecnología made in spain de los submarinos de fabricación
nacional, lo que se supone que causó el fatal siniestro.
El
pasado domingo, mientras libraba la mitad de la tripulación, según lo
estipulado en convenio, les llegó el aviso de dos personas que se localizaron
entre la Gomera y Tenerife. Al parecer, se trataba de los dos ciudadanos
alemanes que desaparecieron practicando paddle surf en Los Gigantes. La
novedosa embarcación de Salvamento Marítimo salió a toda vela al rescate, con
tan mala suerte que se tropezaron de frente con los vientos por los que al día
siguiente entraba en alerta costera Tenerife.
Los
alemanes aún no han aclarado bien los hechos, pero la versión oficial argumenta
que fue al intentar una maniobra de inmersión cuando desapareció la nueva
embarcación. Sin embargo, los extranjeros fueron salvados por una patera con
casi un centenar de subsaharianos que arribó al día siguiente en La Gomera y
que aseguraba que intentó auxiliar a la embarcación de Salvamento Marítimo,
pero la tripulación se negó a abandonar el barco y ahora se encuentran
desaparecidos.
Hay que
encomiar la labor de estas embarcaciones y sus tripulantes en el Archipiélago,
que ya han rescatado más de treinta mil inmigrantes de la vorágine del
Atlántico.
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