Agencias 28 de diciembre 2023
Uno de los mayores parques eólicos del mundo enfoca hacia Canarias y levanta tormentas de arena cada vez que sopla el mínimo viento. La instalación y su mantenimiento, pagada por el gobierno alauita de Marruecos, corre a cargo de una empresa española con acciones en Repsol.
Al parecer,
hay quien teme que la petrolera salde así la deuda pendiente con el
Archipiélago, tras la paralización de las prospecciones y posible explotación
de yacimientos de petróleo o gas en las cercanías de Canarias. Algunos
especialistas en energías alternativas, que han analizado superficialmente el
caso, afirman que no era absolutamente necesario orientar los generadores de
energía como están ahora; de forma que el polvo fino traspasa las fronteras
Schengen impunemente.
El gobierno
marroquí ha declarado que el tema está en manos de los mejores profesionales
del sector. Mientras que voces de la política canaria aseveran las relaciones
con Repsol son mejores que nunca y “de ninguna manera se le pueden pedir
cuentas a la multinacional”.
Al parecer,
parte de la familia real española tiene intereses económicos en la zona y una
firme relación con la monarquía alauí. Por lo que algunas voces en el
Archipiélago quieren que se contemple la posibilidad de que se entable una
acción diplomática que reoriente los molinos y libre a Canarias de tanta
calima. Sin embargo, hay rumores de que los informes que maneja la Casa Real
contienen estudios de impacto medioambiental (firmados también por
especialistas españoles) que confirman la idoneidad de las instalaciones.
Voces
discordantes, de partidos representados en la Cámara canaria, aseguran que “la
tierra continental mejora calidad de la arena de nuestras playas y acerca cada
vez más el Archipiélago al continente, posibilitando la llegada de nuevos
turistas”, y que “los ecologistas se creen que en Canarias la gente se traga
cualquier cosa”.
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